Un verdadero artista responde cada noche a su vocación cuando durante el día se ve obligado a trabajar para sobrevivir. Lo demás son pretextos. Eso aprendí durante la entrevista/conversación con Javier Payeras. Una de esas charlas que te alimentan e inspiran. El artículo y las fotos fueron publicadas en la revista Avant, en febrero de 2013. Se las comparto a continuación.
"Hay días en los que el mundo se viene encima y las tragedias se cuentan por decenas. Los periódicos son el registro del desencanto. Las ganas de salir corriendo aumentan mientras que la confianza se agota. Justo cuando todo parece irse a pique, hay quienes escogen por apostarle a un estilo de vida menos derrotista. Ese es el caso de Javier Payeras, quien ha optado por pelear contra el desaliento. El campo de batalla se libra desde la literatura y la gestión cultural. Quizá para la mayoría de personas, esa lucha parezca ser una causa inútil.
Pero también se vale creer que la esperanza es lo último que se pierde. Durante una entrevista en un café ubicado a las inmediaciones del Centro Histórico, Payeras prefiere aferrarse a la posibilidad de ser un tragaluz en esta cotidianidad capitalina al citar a Woody Allen y creer que no todo el mundo se corrompe, pues hay que tenerle fe a la humanidad".
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