A continuación, les comparto una entrevista realizada al promotor cultural Tasso Hadjidodou, en el marco de su cumpleaños 90. Esta es una versión ampliada de la nota publicada en Siglo 21 el 9 de julio de 2011. Sirva de paso también, para celebrar desde este espacio a una personalidad que ha marcado la diferencia en el ámbito cultural y que ha sido generador de numerosos proyectos.¡Enhorabuena y feliz cumpleaños!
Durante la tarde del jueves 7 de julio las actividades rutinarias se detuvieron en la Casa Ibargüen, donde se colocó una tarima decorada con varios globos de colores, regalos y grandes pasteles. El sonido de la marimba se intercalaba con el de la música clásica que amenizaba la fiesta de cumpleaños de uno de los personajes más destacados en el ámbito de la cultura guatemalteca. Con un semblante tranquilo y la voz delgada que le caracteriza, Tasso Hadjidodou tomó un respiro para luego asegurar que se siente igual que siempre. Pero no pasaban cinco minutos en la celebración, sin que algún amigo se acercara emocionado para abrazarlo y felicitarlo, pues ha alcanzado los 90 años de edad. A la celebración asistieron varios amigos, artistas e intelectuales que buscaban honrar al homenajeado, quien nació en un día como hoy en Lieja, Bélgica. “Lo que pasa es que la gente no piensa que uno pueda alcanzar esta edad; les parece como milagro que cumpla años”, explica con modestia Tasso, en una entrevista realizada horas antes del festejo organizado en el Centro Histórico. Evento considerado por él como una “tempestad”, pues como ya se mencionó antes, considera que la gente considera su cumpleaños como una hazaña.
El belga chapín
Fueron las circunstancias de la vida las que trajeron a Guatemala en la década de 1940 a una persona enamorada del arte y apasionada por la lectura desde la infancia. “Podría haber sido otro país pero me quedé aquí”, añade Tasso tras tomar un sorbo de café para calmar su tos. Su espíritu de trotamundos lo llevó en su primer viaje a Francia cuando apenas era un adolescente, pues era un viaje escolar. Posteriormente visitó otros países de Europa y algunos de latinoamérica. “Uno quisiera conocer tantas cosas y quedarse más tiempo para conocer mejor los lugares o su gente. Muchas veces hace uno un paso fugaz y sigue de largo”, sentencia Tasso antes de enfocar su atención en mi anillo amarillo. Fue en ese momento que salió a flote su humor característico y sugirió que quizá podría añadirle al anillo una lámpara que sirva de luz para cuando haya un apagón. De esa manera no me perdería, ni pasaría desapercibida y según dice Tasso, me llamarían la iluminada.
Desde que adoptó a Guatemala como su segundo hogar, Tasso buscó conocer la escena cultural de la época. Poco a poco se involucró en la promoción cultural y trabajó en la Alianza Francesa de Guatemala durante 35 años para fomentar el arte y la cultura. Fue en una actividad promovida por dicha entidad que William Orbough, director de las Artes del Ministerio de Cultura, recuerda haber conocido a Tasso. “Me abrió las puertas en mi primer recital de guitarra clásica. Años después volvimos a coincidir y puedo decir que es la persona más interesada en la cultura guatemalteca”, comparte. Su mayor interés se centra en la cultura indígena y es posible que él valore aún más su riqueza, que varios guatemaltecos.
Y es que la cultura es un tema que ha estado ligado a su vida desde hace muchos años, puesto que en su tierra natal solía ir a exposiciones y a presentaciones artísticas. Era de esperarse que en Guatemala también continuara con su dedicación a este ámbito. Fue así como fundó una empresa que se dedicaba a las importaciones y exportaciones de maquinaria para emplearla en fábricas. Desde que arribó al país ha vivido en el Centro Histórico de la ciudad y ha visto el crecimiento del casco urbano. Este fue el país donde aprendió a tomar el café sin azúcar y agradece el clima tan acogedor que le ha brindado durante tantos años.
Generador de espacios
Para el músico Paulo Alvarado, quien conoció a Tasso en tertulias organizadas por sus padres, el promotor tiene el talento de “hacer que pasen cosas y ser quien vincule a los personajes entre sí”. Ha sido gracias a su habilidad catalizadora que se han llevado a cabo grandes proyectos como el del Festival del Centro Histórico, que este año arriba a su catorceava edición. Para Tasso, uno de sus grandes logros es haber alimentado una enorme biblioteca para satisfacer su vicio por la lectura. A la fecha, considera haber leído miles de libros y no podría escoger uno preferido. Eso sí, asegura que es mejor saber escoger en qué invertir el tiempo. Aconseja buscar lecturas que dejen contenido y aprendizaje al lector, en vez de los libros de cientos de hojas que al final, no dicen nada.
Es políglota, pues habla griego, alemán, inglés, francés, latín, flamenco, italiano, español, entre otros. Sin embargo, se reprocha el no haber aprendido un idioma maya. A estas alturas del partido, asegura que tampoco tendría el tiempo necesario para dedicarle a un nuevo idioma. “Uno de los pasatiempos que ambos compartimos es conversar en francés o italiano, para practicar. Tasso gusta de analizar cada palabra y compartir su origen etimológico porque esto le recuerda sus orígenes griegos”, comparte Orbough. Los padres de Tasso son de ascendencia griega y fue en el hogar donde aprendió este idioma.
Amante de los museos
Una de las anécdotas que recuerda como si fuera ayer, se remonta a sus primeros años de la infancia. Cerca del edificio donde vivía con sus padres se ubicaba un gran parque por el que caminaba antes de llegar a la escuela. También presume con orgullo la familiaridad con la que visitaba el circuito de museos ubicado cerca del apartamento. Todos los directores eran sus amigos y lo dejaban pasar sin ningún problema. Este primer contacto con el arte fue lo que le abrió los horizontes: “Me percaté de la existencia de otras sociedades... A veces la gente se queda en su lugarcito y no ve las diferencias entre los lugares. Aunque también guardan ciertas similitudes porque todos somos seres humanos”.
La profesión que a Tasso le hubiera gustado ejercer fue la arquitectura porque siempre le gustaba observar los edificios en construcción. Pero no pudo darse el lujo de dejar de trabajar para dedicarse de lleno a los estudios y acompañar las actividades culturales. Él es un personaje que ha sido querido y reconocido por diversos círculos artísticos, fue homenajeado cuando se bautizó un callejón de la zona 1 en su honor y recientemente, con una escultura de cuerpo completo en el Paseo de la Sexta. Todo esto sin contar varios homenajes y reconocimientos que se le han otorgado en años anteriores. Actualmente colabora con el Consejo Cultural de la Municipalidad y es presidente honorario del Festival del Centro Histórico.
Tasso considera la vida está hecha de sorpresas y hay que tratar alcanzar las metas propuestas. Se debe intentar de no perder nunca la razón y tener la mente clara para llegar al rumbo trazado. Con una risa pícara señala que hay un “montón” de proyectos por alcanzar. Tras una breve pausa reanuda la conversación para sentenciar que “con la vida hay que ser razonable porque Dios nos dio la razón para evitar errores”.
El belga chapín
Fueron las circunstancias de la vida las que trajeron a Guatemala en la década de 1940 a una persona enamorada del arte y apasionada por la lectura desde la infancia. “Podría haber sido otro país pero me quedé aquí”, añade Tasso tras tomar un sorbo de café para calmar su tos. Su espíritu de trotamundos lo llevó en su primer viaje a Francia cuando apenas era un adolescente, pues era un viaje escolar. Posteriormente visitó otros países de Europa y algunos de latinoamérica. “Uno quisiera conocer tantas cosas y quedarse más tiempo para conocer mejor los lugares o su gente. Muchas veces hace uno un paso fugaz y sigue de largo”, sentencia Tasso antes de enfocar su atención en mi anillo amarillo. Fue en ese momento que salió a flote su humor característico y sugirió que quizá podría añadirle al anillo una lámpara que sirva de luz para cuando haya un apagón. De esa manera no me perdería, ni pasaría desapercibida y según dice Tasso, me llamarían la iluminada.
Desde que adoptó a Guatemala como su segundo hogar, Tasso buscó conocer la escena cultural de la época. Poco a poco se involucró en la promoción cultural y trabajó en la Alianza Francesa de Guatemala durante 35 años para fomentar el arte y la cultura. Fue en una actividad promovida por dicha entidad que William Orbough, director de las Artes del Ministerio de Cultura, recuerda haber conocido a Tasso. “Me abrió las puertas en mi primer recital de guitarra clásica. Años después volvimos a coincidir y puedo decir que es la persona más interesada en la cultura guatemalteca”, comparte. Su mayor interés se centra en la cultura indígena y es posible que él valore aún más su riqueza, que varios guatemaltecos.
Y es que la cultura es un tema que ha estado ligado a su vida desde hace muchos años, puesto que en su tierra natal solía ir a exposiciones y a presentaciones artísticas. Era de esperarse que en Guatemala también continuara con su dedicación a este ámbito. Fue así como fundó una empresa que se dedicaba a las importaciones y exportaciones de maquinaria para emplearla en fábricas. Desde que arribó al país ha vivido en el Centro Histórico de la ciudad y ha visto el crecimiento del casco urbano. Este fue el país donde aprendió a tomar el café sin azúcar y agradece el clima tan acogedor que le ha brindado durante tantos años.
Generador de espacios
Para el músico Paulo Alvarado, quien conoció a Tasso en tertulias organizadas por sus padres, el promotor tiene el talento de “hacer que pasen cosas y ser quien vincule a los personajes entre sí”. Ha sido gracias a su habilidad catalizadora que se han llevado a cabo grandes proyectos como el del Festival del Centro Histórico, que este año arriba a su catorceava edición. Para Tasso, uno de sus grandes logros es haber alimentado una enorme biblioteca para satisfacer su vicio por la lectura. A la fecha, considera haber leído miles de libros y no podría escoger uno preferido. Eso sí, asegura que es mejor saber escoger en qué invertir el tiempo. Aconseja buscar lecturas que dejen contenido y aprendizaje al lector, en vez de los libros de cientos de hojas que al final, no dicen nada.
Es políglota, pues habla griego, alemán, inglés, francés, latín, flamenco, italiano, español, entre otros. Sin embargo, se reprocha el no haber aprendido un idioma maya. A estas alturas del partido, asegura que tampoco tendría el tiempo necesario para dedicarle a un nuevo idioma. “Uno de los pasatiempos que ambos compartimos es conversar en francés o italiano, para practicar. Tasso gusta de analizar cada palabra y compartir su origen etimológico porque esto le recuerda sus orígenes griegos”, comparte Orbough. Los padres de Tasso son de ascendencia griega y fue en el hogar donde aprendió este idioma.
Amante de los museos
Una de las anécdotas que recuerda como si fuera ayer, se remonta a sus primeros años de la infancia. Cerca del edificio donde vivía con sus padres se ubicaba un gran parque por el que caminaba antes de llegar a la escuela. También presume con orgullo la familiaridad con la que visitaba el circuito de museos ubicado cerca del apartamento. Todos los directores eran sus amigos y lo dejaban pasar sin ningún problema. Este primer contacto con el arte fue lo que le abrió los horizontes: “Me percaté de la existencia de otras sociedades... A veces la gente se queda en su lugarcito y no ve las diferencias entre los lugares. Aunque también guardan ciertas similitudes porque todos somos seres humanos”.
La profesión que a Tasso le hubiera gustado ejercer fue la arquitectura porque siempre le gustaba observar los edificios en construcción. Pero no pudo darse el lujo de dejar de trabajar para dedicarse de lleno a los estudios y acompañar las actividades culturales. Él es un personaje que ha sido querido y reconocido por diversos círculos artísticos, fue homenajeado cuando se bautizó un callejón de la zona 1 en su honor y recientemente, con una escultura de cuerpo completo en el Paseo de la Sexta. Todo esto sin contar varios homenajes y reconocimientos que se le han otorgado en años anteriores. Actualmente colabora con el Consejo Cultural de la Municipalidad y es presidente honorario del Festival del Centro Histórico.
Tasso considera la vida está hecha de sorpresas y hay que tratar alcanzar las metas propuestas. Se debe intentar de no perder nunca la razón y tener la mente clara para llegar al rumbo trazado. Con una risa pícara señala que hay un “montón” de proyectos por alcanzar. Tras una breve pausa reanuda la conversación para sentenciar que “con la vida hay que ser razonable porque Dios nos dio la razón para evitar errores”.
Fotografia: muniguate.com
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