De putas y poetas. Libro 3


El tiempo se me vino encima y me atrasé. Entre tantas vueltas del último semestre y el trabajo perdí el ritmo de lectura. Pero aquí está. No hay excusas que valgan para contarles como me teletransporte a una subdimensión de cumbias. Un día profeticé en mi estatus de Facebook que la cumbia "es la salvación". Así es.

Pero para Cucu, el protagonista de los relatos del libro De putas y poetas, la cumbia era su perdición. Poco a poco fui conociendo a la Ticki cumbiantera. La primera vez que la vi, estaba bailando con Cucu mientras el semáforo me daba verde en alguna calle de la Avenida Elena. Cuando volví a abrir el libro, Cucu estaba en una pensión visitando a un gurú. Lobizón Endemoniado, le dicen.

Los días pasaron y de repente, durante un desayuno, Cucu me contaba como casi se hace millonario con el botín de uno de los ladrones más buscados en la ciudad. Pero al final prefirió seguir siendo pobre. Escritor pero pobre.
Los últimos relatos me supieron a fiambre. Creo que esa misma acidez tan característica de este platillo guatemalteco, es la que Cucu siente cuando habla de sus dos amores. Su esposa y Ticki la cumbiantera. Una adolescente idealista que además baila cumbia para luego descansar en los telos (moteles, según entendí en la lectura).
Cada relato se convierte en una parada dentro de un viaje popular, cumbioso y sabroso que me deja un sabor de boca con esencia de Gallo, Cabro o una Quetzalteca con Ticky. No comprendo por qué tengo tantas ganas de ir a cualquier lugar con una videorockola y bailar como si fuera el fin del mundo.... Una como las de Xela.
Este fue el tercer libro del reto de los 50 y el primero que leo de la colección Mata-Mata y fue escrito por el argentino Washington Cucurto.

Pd. Debo hacer una última confesión. A El curandero del amor no lo pude leer completo... Es tan pero tan genial que me dio muchos nervios y hasta grité... Me puso muy nerviosa y lo dejé sobre la mesa. Luego lo retomé y poco a poco concluimos.

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