Acabo de terminar de ver una película y sentí la urgente necesidad de bajar a la sala por mi computadora para escribir esta breve entrada. Creo que he estado un poco bloqueada o que en realidad me he bloqueado a mi misma... Pero de repente quiero escribir otra vez y no hay ninguna temática. Sólo quiero escribir y punto. Esa fue la razón por la que estudié periodismo y por la que me gusta mi trabajo. La semana pasada estaba a punto de empezar una entrevista y el entrevistado me preguntó cómo iba a redactar el artículo, cuál era el enfoque, cómo lo iba a presentar... Pero no es algo tan mecánico ni tan esquemático. Claro, hay técnicas y hay una pirámide invertida con unas preguntas básicas para contar qué, cómo, cuándo, dónde, por qué y quien. Sin embargo, no funciona así porque de lo contrario sería aburrido. ¿No? Entonces le contesté que aún no lo sabía, que tenía una noción pero que no le podía indicar qué iba primero. Que tenía que inspirarme, por así decirlo.
No tengo la menor idea del por qué estoy tan alejada del blog ni del por qué no he actualizado ni he escrito nada en estos días. Quizá al pasar tantas horas frente a una pantalla en el trabajo y luego haciendo tareas, lo último que quiero hacer al regresar a casa es ver el Facebook o una nueva página en blanco. Prefiero cenar con mi familia y ver tele con mi mamá. Platicar sobre el día, tomar una taza de café y burlarnos de las novelas. Platicar por teléfono, mandar algunos mensajes de texto y aprovechar para adelantar aunque sea un par de páginas en la novela que nunca termino de leer.
Faltan 25 minutos para la una de la madrugada y aquí estoy. Inspirada a escribir un pequeño monólogo sobre el por qué no escribo. Salir del estereotipo y dejar de buscar la próxima gran idea. Dejar a un lado los intelectualismos forzados y no ser tan serios todo el tiempo. Ser más personal y menos técnica. Eso me dejó Julie & Julia. Eso y las ganas de ir a cocinar, pues confieso que más allá de unas tostadas a la francesa... no sé hacer mayor cosa. Me gustó la película. La historia paralela entre Julie y Julia va más allá de las más de 500 recetas en 365 días. Se las recomiendo para un sábado cualquiera a las diez de la noche, en el que simplemente decidieron quedarse en casa para descansar y estudiar el folleto de Teoría Política Social. El lunes hay parcial.
A mi me gustó mucho esa pelicula también, y que bueno que dejes atras todas esas ideas erroneas que nos castran nos censuran y nos reprimen y nos mantienen en la nada...
ResponderEliminarun abrazo y buenas vibras!
p.d.: yo tampoco se cocinar :( mi ayuda en la cocina es lavar los platos sin protestar jajaja
Vaya casualidad, yo vi esa misma película ayer por la tarde. Sabés que contás conmigo para todo excepto para la gelatina de carne :P
ResponderEliminar@beto hey qué onda... mi mamá me dijo que la película me gustó porque era de una bloguera jeje tal vez sí fue así y por eso sentí esas ganas de dejar atrás esas ideas... También me inspiró a aprender a cocinar jaja
ResponderEliminarun abrazote pa ti tmbn!
pd. jajaja pero por lo menos han de estar relucientes los platos ;)
@alfonso,
Qué chileras esas casualidades... bueno, entonces pilas porque tenemos más de 500 recetas pendientes jajaja un abrazo!
Creo que ser tu mismo cuando escribes es satisfactorio. Puede que se esté equivocado, pero quizá sea como proclamar la verdad que sientes en un determinado momento. En un mundo plagado de lo políticamente correcto, el blog es una bocanada de aire fresco a tu ser. Ser autentico es algo escaso, saberlo expresar es mucho mas complicado. Saludos.
ResponderEliminarCreo que mi moribundo blog y el trabajar en un call center por casi 365 días ( un plan nada bonito) hizo que yo también me identificara.
ResponderEliminarPasa. Abrazos y sigue alimentando el blog que nosotros nos alimentamos de él.
hola aqui visitandote de nuevo (y quien sera este diras), he estado alejado un poco tambien de la blogosfera, pero ya le estoy entrando de nuevo :D
ResponderEliminarsaludos