Esta semana ha sido un poco ajetreada entre los exámenes finales en la universidad y las asignaciones diarias. Por ende casi no me queda tiempo para bloguear o leer algo que de verdad me interese aparte de los folletos caducados de la U. Todo cambió este lunes cuando llegó a la redacción un libro de la Editorial Santillana que, aunque lo tenía que leer para realizar una entrevista, me capturó desde la primera página. Era como ver una película del siglo XIX con un pequeño toque de sarcasmo, imágenes tenebrosas, un pueblo misterioso, romance y crítica hacia distintos elementos que todavía se repiten en la actualidad.
Por la tarde del día siguiente entrevisté al autor Andrés Neuman, ganador del Premio Alfaguara de novela 2009. Aunque ya había leido algunas entrevistas sobre su novela, no me imaginé que fuera tan accesible. El ego puede hacer destrozos cuando dejas que se te suba a la cabeza. Pero ese no es el caso de Neuman, quien nos recibió con un acento argentino/español y con la disposición de charlar sobre un experimento literario en el que mezcla el futurismo con la historia para dar pie a una novela del futuro pero en el pasado. Parece complicado al principio pero les aseguro que cuando avanzan a la siguiente página, todo empieza a encajar.
Además, siempre se agradece cuando el entrevistado no se percata pero te comparte un poco de lo que sabe y por ende aprendes algo en cada asignación.
Les recomiendo la novela.
A continuación les comparto entrevista publicada originalmente en Siglo 21.
Neuman: “Los afectos son la patria del ciudadano”
Desde hace varios meses, el argentino Andrés Neuman dejó su hogar para atravesar las fronteras de Latinoamérica en una gira para promocionar El viajero del siglo, obra con la que obtuvo el premio Alfaguara de Novela 2009, y que lo trae a Guatemala.
La novela propone un experimento literario para observar el siglo XIX a través de la perspectiva del siglo XXI. Desarrolla una historia que combina las contradicciones del inmigrante con los nacionalismos, el romance y la liberación femenina.
La novela propone un experimento literario para observar el siglo XIX a través de la perspectiva del siglo XXI. Desarrolla una historia que combina las contradicciones del inmigrante con los nacionalismos, el romance y la liberación femenina.
Hans es el protagonista de la obra. Él llega a Wandernburgo, entre Sajonia y Prusia, en busca de posada. Tras un día de estadía, conoce en la plaza del mercado a un organillero, cuya conversación le invita a alargar su visita. Tiempo en el cual conoce y se enamora de Sophie. La relación se ve amenazada por un enmascarado asesino que ronda la ciudad.
¿Cómo es el siglo XIX en El viajero del siglo?No quería hacer una novela histórica tradicionalz y comercial porque me horrorizan. Traté de hacer una obra futurista con conflictos de nuestro tiempo, pero que sucedieran en un juego de realismo y fantasía con el contexto histórico del siglo XIX.
¿Cuál fue el proceso para escribir la novela?
¿Cómo es el siglo XIX en El viajero del siglo?No quería hacer una novela histórica tradicionalz y comercial porque me horrorizan. Traté de hacer una obra futurista con conflictos de nuestro tiempo, pero que sucedieran en un juego de realismo y fantasía con el contexto histórico del siglo XIX.
¿Cuál fue el proceso para escribir la novela?
Realicé una investigación de dos años, en los cuales tuve contacto con literatura, películas y pintura de la época. No buscaba datos crudos, sino ideas que me dispararan la imaginación, porque un narrador investiga para sentir que tiene derecho a inventar.
¿Por qué elegir Alemania para crear un sitio que no existe?Es un país que simboliza la historia del Occidente moderno y reúne lo mejor y lo peor de los últimos dos siglos. Pero no quería hablar directamente de Alemania, y por eso inventé una ciudad que al final termina siendo cualquier pueblo.
¿Cómo define Wandernburgo?
Fantástica y enigmática, cuyas calles cambian de lugar por la noche, y que forma un laberinto que nadie puede abandonar. Nació como una colección de distintas esquinas y rincones recolectados cuando recorrí en bicicleta, durante dos semanas, las calles de Alemania buscando detalles que me inspiraran.
Hablenos de Hans, el protagonista...
Él es una especie de huérfano que ha recorrido casi todos los lugares, y que al llegar a Wandernburgo, poco a poco retarda la continuación de su viaje. Es misterioso y aún no ha encontrado su lugar en el mundo.
¿Por qué Hans no podía irse de Wandernburgo?
El pueblo simboliza una pregunta común en todos los inmigrantes, que se cuestionan si vale la pena quedarse. Lo que lo detiene son los afectos, porque éstos son la verdadera y única patria de cualquier ciudadano.
En Sophie se percibe la búsqueda de la libertad.
Ella es la suma de todas las mujeres adelantadas a su tiempo marcadas por la Revolución Francesa. Sophie se casará con alguien más, pero vive una apasionada relación con Hans.
La lectura del libro avanza con cambios repentinos de escenarios y sensaciones...Sí, a eso le llamo el zapping del siglo XIX al partir de la contradicción entre lo histórico y lo contemporáneo.
¿Por qué aplica también ese zapping al estilo narrativo?
La convención típica de la época la dejé de lado y opté por un estilo moderno. Los personajes se expresan de manera coloquial. En algunos capítulos escarbo la parte más indecorosa de la vida cotidiana, y eso tiene relación con el realismo sucio que contrasta con otros pasajes similares a una película de terror o misterio.
¿Por qué elegir Alemania para crear un sitio que no existe?Es un país que simboliza la historia del Occidente moderno y reúne lo mejor y lo peor de los últimos dos siglos. Pero no quería hablar directamente de Alemania, y por eso inventé una ciudad que al final termina siendo cualquier pueblo.
¿Cómo define Wandernburgo?
Fantástica y enigmática, cuyas calles cambian de lugar por la noche, y que forma un laberinto que nadie puede abandonar. Nació como una colección de distintas esquinas y rincones recolectados cuando recorrí en bicicleta, durante dos semanas, las calles de Alemania buscando detalles que me inspiraran.
Hablenos de Hans, el protagonista...
Él es una especie de huérfano que ha recorrido casi todos los lugares, y que al llegar a Wandernburgo, poco a poco retarda la continuación de su viaje. Es misterioso y aún no ha encontrado su lugar en el mundo.
¿Por qué Hans no podía irse de Wandernburgo?
El pueblo simboliza una pregunta común en todos los inmigrantes, que se cuestionan si vale la pena quedarse. Lo que lo detiene son los afectos, porque éstos son la verdadera y única patria de cualquier ciudadano.
En Sophie se percibe la búsqueda de la libertad.
Ella es la suma de todas las mujeres adelantadas a su tiempo marcadas por la Revolución Francesa. Sophie se casará con alguien más, pero vive una apasionada relación con Hans.
La lectura del libro avanza con cambios repentinos de escenarios y sensaciones...Sí, a eso le llamo el zapping del siglo XIX al partir de la contradicción entre lo histórico y lo contemporáneo.
¿Por qué aplica también ese zapping al estilo narrativo?
La convención típica de la época la dejé de lado y opté por un estilo moderno. Los personajes se expresan de manera coloquial. En algunos capítulos escarbo la parte más indecorosa de la vida cotidiana, y eso tiene relación con el realismo sucio que contrasta con otros pasajes similares a una película de terror o misterio.
La foto es de archivo de Santillana.
buenisima!
ResponderEliminar