Un poco más de humo por favor

El ingenio publicitario ha sido aplaudido en varias ocasiones, gracias a una nueva modalidad empleada desde hace dos años para llevar las marcas hasta la cotidianidad de los consumidores. Con los Publimóviles ya no es necesario hojear una revista y observar el nuevo sabor de algún jugo o los requisitos para asistir a un Congreso sobre temas económicos, pues los anuncios han llegado a las vías de la carretera para acompañarle en su viaje.

La Publicidad móvil está definida como una actividad comercial a la cual se destina un vehículo terrestre que circula o está estacionado en espacio público indistintamente, teniendo adosado, instalado, pintado, pegado, o proyectado a través de pantallas o cualquier otro medio electrónico o mecánico, a su estructura rótulos, mantas, anuncios, vallas publicitarias o similares, así como la exhibición de personas o especies naturales para la promoción de bienes, productos o servicios de cualquier naturaleza. Dentro de los vehículos terrestres están las camionetas, taxis, motos y camiones pequeños.

No es un tópico novedoso. Pero no puedo evitar cuestionar, por qué no se ha mencionado en las notas periodísticas publicadas en los medios, cuál es el aporte que los gases nocivos de cada unidad, con el que contribuye para aumentar los índices de contaminación del aire.

Hoy parto de una nota publicada en el diario Siglo 21 que explica cuál ha sido la evolución de la técnica de mercadeo. En realidad, la omisión la hacen todos, pero escribo este post es luego de ver la nota. La impresión que obtengo al leerla es que el crecimiento de el nicho publicitario es positiva, pues cada vez más empresas buscan publicitarse. Una de las ventajas, según el gerente general de Medios Efectivos, Mynor González, es que "este medio permite que la marca esté en un mismo día en varios puntos geográficos".
Esa omnipresencia es gracias a la constante movilización a lo largo y ancho de 30 puntos de la ciudad, de lunes a viernes, de 5.30 a 9 horas y de 16.30 a 21 horas, y los sábados de 10 a 14 horas.
Antes de la aprobación del acuerdo COM-035-08, en el cual la Municipalidad de Guatemala reglamenta su circulación, era común verles en casi cualquier punto de la periferia. La restricción tiene como objetivo disminuir la cantidad de contaminación visual y la saturación vehicular.

Es normal que quieran aprovechar espacios y así alcanzar al cliente en la intimidad de su metro cuadrado, mientras se desplaza por la ciudad. No me siento cómoda con verlos pero tiene resultados positivos. Con ello me refiero a los anuncios colocados en autobuses urbanos, del Transmetro y taxis. De cualquier manera, éstos deben circular para transportar a los pasajeros. Si bien la publicidad no debería obstaculizar la visibilidad completa de la ventana trasera, ese un detalle que podría ser mejorado.

Lo que sí me causa un conflicto emocional/ existencial y ataca mi integridad como habitante de un planeta cada vez más contaminado, es la circulación innecesaria de motos y camiones.
Me parece que éstos no cumplen otro objetivo más que el de "llegar al criterio emocional de las personas", según explica González.
Si estamos en una era en la que la conciencia ecológica y los llamados para reducir la contaminación van en aumento, al mismo ritmo que el calentamiento global. Con el desarrollo de automóviles eléctricos o el uso reciente de biocombustibles; ¿Cómo es posible que deambulen por Guatemala estas unidades? Ni usan biodiesel o etanol, no son eléctricos, ni están equipados para disminuir la cantidad de gases contaminantes, etcétera?

Según datos del Banco Mundial, citados en www.globe.veoliaenvironnement.com, en el año 2010, habrá 816 millones de vehículos a motor sobre la tierra (existían 700 millones en el año 2003). Si la cantidad de automoteres continúa creciendo... ¿Será realmente necesario contribuir a ese aumento con Publimóviles?
Claro, son fuentes de trabajo para los pilotos que los conducen. Pero, bajo qué costo. Podría parecer que unos cuantos carros no hacen mayor diferencia. Total, unos más, otros menos. Pero... ¿Cuánto tiene que empeorar la situación para que se tomen medidas responsables en el tema ambiental? Serían tan simple limpiar el mundo de un sólo; darle una sesión de spa para desintoxicarlo y todos felices. Imposible.

SÍ podemos proteger nuestro pedacito. Reciclar en nuestra casa, usar abonos naturales, apagar los aparatos eléctricos cuando no estén en uso, usar el carro cuando sea absolutamente necesario (caminar para ir a la tienda o por el pan, por ejemplo), usar cada lado de la hoja, imprimir cuando sea algo importante, evitar el desperdicio de agua, exigir mejores políticas ambientales y su correcta aplicación...

No es utópico. Si los millones de vecinos a nuestro lado hicieran lo mismo, veríamos la diferencia más rápido.

Mientras tanto, les dejo ejemplos nacionales e internacionales:











Esta una modalidad que sí apoyo:
Es clasificada como Publicidad no tradicional y se emplea en Argentina. Bautizada como Bici-Publicidad, se le considera "una vía de comunicación creativa, original, ecológica, diferenciadora": http://www.alrededoresweb.com.ar/notas/pnt.htm