Veamos, en que estaba... Ah, sí. La calurosa mañana que me recuerda a la Semana Santa. Es una lastima que la Semana Santa no tenga tantos días para descansar y olvidarnos de la pila de tareas por hacer que se acumula en mi lista mental.
Pero bueno, esperare con ansias el primero de mayo para celebrar el día del trabajo haciendo todo lo contrario.
Para mientras, continuaré viajando en el Transmetro y redactando alguna que otra incoherencia.
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